- Área: 280 m²
- Año: 2016
-
Fotografías:Timothy Soar
-
Proveedores: Ateliers Romeo, Banham, Control 4, Eastnor, Ecore, Envirograf, Premier Plating, Quooker, Reliance Veneer, Surespan, Tianhe Industry Trading, Timoleon, Vesda, Vitra, Vola, William Garvey
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Rodeada en tres lados por mansiones en bloques de 8 y 9 pisos que la protegen del pesado tráfico en Bayswater Road y del turismo en Queensway, Caroline Place es un enclave de terrazas que datan de finales de 1950 al norte de Hyde Park y Kensington Gardens.
Construido con una sensibilidad moderna que se expresa en el norte de Europa -de afiladas líneas de ladrillo y juntas de mortero en capas con detalles suaves de madera- sus diseños interiores permanecieron firmemente enraizados en una antigua tradición eduardiana inglesa. Retener una deseosa separación de las áreas de servicio, los aserraderos y las casas de carbón con un patio trasero que funcione.
Las habitaciones de los mayordomos ocupan el nivel del suelo con los dormitorios de los propietarios justo encima. Sin embargo, en el período inmediato de posguerra, Bayswater ya había comenzado a perder su lustre en esa clase, tanto que en el transcurso de una década de haber construido a sus nuevos habitantes más jóvenes, estas convenciones sociales no estaban a la altura de sus aspiraciones.
Llevar a cabo la remodelación y limpieza iconoclastas de las paredes divisorias interiores y, cuando sea posible, el exterior, reemplazándolos con lo que se consideraba apropiado en ese momento. Cuatro décadas después, los nuevos ocupantes, una familia de cinco miembros, conservan la aspiración de vivir en plan abierto con un deseo de acabados de materiales táctiles e inevitablemente para diferentes gustos.
Como la fachada de la calle solo había sido remodelada levemente con las ventanas y puertas originales de 1970 sin otro propósito que el de la conveniencia, se tomó la decisión de reparar y restaurar los acabados exteriores donde sus detalles estuvieran fácilmente disponibles desde las propiedades vecinas. Algunos de los nuevos detalles internos de latón fueron presentados en forma de muebles desarrollados a partir de puertas para presentar algún indicio de la intervención más reciente.
Las primeras obras de apertura interna revelaron restos de pisos de travertino originales, paredes densamente enlucidas detrás de los tableros de pino de la década de 1970 y una habitación revestida con paneles de madera de cerezo oscuro. Como el travertino tiene un amplio espectro de posibilidades de textura, su reintroducción permitió una superficie resistente en cada piso, incluido el patio abierto y en el garaje/estudio. Variando desde la cantera con la herramienta hasta el pulido, estos acabados enfatizaron y diferenciaron el viaje desde el interior hacia el exterior.
Respecto a esto, los materiales originales se restauran al igual que las intenciones sociales detrás de los planes originales de 1960 y 1970. Este último se acentúa aún más a través de cada piso con la remoción de vigas de soporte y puntas de ladrillo que habían sido estructuralmente necesarias en ese momento, pero tal vez retenían involuntariamente la memoria de la habitación y la separación social.
En esa etapa, cada piso puede considerarse como una capa completa de travertino y yeso, lo que permite que el tipo de ocupación sea definido por sus habitantes. Las áreas habitables se definen espacialmente para las áreas entre o adyacentes a los gabinetes con paneles de madera de cerezo. Su funcionalidad finalmente se determinó con muebles sueltos y su carácter se construyó con la introducción gradual de las pertenencias diarias de la familia. Por ejemplo, el primer piso se puede ocupar completamente como una sola sala de recepción con un área de estudio en la esquina. Dos libreros adyacentes de altura completa se pueden plegar y deslizar con puertas para cerrar primero la habitación y luego subdividirla del estudio. Una de las librerías, cuando está girada, puede desplegar una cama de invitados para cambiar el estudio a un dormitorio. Los elementos de ebanistería son, para estos fines, todos de altura completa con huecos de sombra y detalles de iluminación reembolsados para resaltarlos como servidores independientes y separados. Su propósito y escala se amplían aún más para brindar utilidad en forma de baños, vestidores y cuartos de lavado. Debido a que están presentes con acceso y conocimiento a todas las áreas de la casa, su discreción se mantiene dentro de las habitaciones y pasajes detrás de puertas secretas y librerías.
La restauración de travertino, paneles de cerezo y paredes enlucidas para formar el telón de fondo interno se contrapone con nuevos detalles táctiles cuyo género alude a la mitad de la obra de Scarpa, Mies y Khan. Nuevo pero relacionado. Sin embargo, técnicamente se aprovechan de las nuevas tecnologías, como las barras de nylon y las colas de silicona para unir y aislar térmicamente las columnas y vigas de bronce cruciformes con vidrio.
Las piezas de cruces y acristalamientos, latón pulido y patinado, columnas cruciformes y detalles de acristalamiento hacen referencia al período. Fundido en concreto, el plafón del sótano se deja expuesto y texturizado para sugerir material y forma subterráneos. Una escalera de travertino en voladizo con carga se eleva desde el sótano con su parte inferior izquierda como "cantera" para mantener la conexión y el espíritu de la piedra unida a la tierra mientras se eleva en espiral y sube al tragaluz arriba. Juntas, estas estrategias ayudaron a estructurar y definir la forma de vida preferida del nuevo ocupante, dejándoles suficiente flexibilidad para que crezcan, cambien y se deleiten en sus detalles, lo que quizás sea el legado más largo de la restauración.
